sábado, 8 de febrero de 2014



Me miraste, te miré, pero no me viste

Una larga espera de pensamientos que no paraban, latidos ajorados por la esperanza de verte, sueños llenos de enredo al creer que te tenía en mis brazos.
Pero valió la pena la espera, porque en ese momento que me miraste, te miré, pero no me viste, la emoción me dijo que era Tío.

Escrito por Emil Soler Felicié.

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